Exposiciones

Estampas de Holanda

Sin duda un título evocador, parece extraído de los libros clásicos de viajeros. Los viajes ilustran a las personas y hay seres sensibles quienes a través de la pluma, de la lente o de la música, nos ilustran los viajes. Es de esta manera que las vivencias se multiplican por medio de una mirada que ve lo que nosotros no percibimos o que construimos mentalmente de forma diferente.

Adentrarse en esta exposición es asistir al testimonio de la aventura de un trotamundos, de un explorador de lo cotidiano. Una vez que entramos a ese microcosmos de color, de textura, de escala y proporción dejamos de pensar y sentimos con toda intensidad para aparezcan vivamente de manera visual las Ciudades Invisibles que bellamente describe Ítalo Calvino. En estas fotografías de imaginación y memoria cada imagen nos cuenta una historia personal del artista que convertimos en una narración intima de recuerdos vividos, leídos, escuchados y, desde luego, vistos.

La exposición muestra distintas figuraciones que ilustran con puntualidad el establecimiento de una relación de doble determinación reciproca de una país con el agua, la tierra y el viento para forjar a través del tiempo un lugar fuerte, de vanguardia pero lleno de poesía.

Las fotografías de Manuel Cirat tienen dos planos, el más cercano nos da una impresión de lo que capta la cámara y que está llena de elementos con una composición que con toda intensión nos lleva a los pintores impresionistas y captamos sin duda el guiño de Van Gogh. Existe, por otra parte un segundo plano más profundo donde nuestro explorador Cirat nos traslada a una Holanda en la que conviven la tradición y la modernidad, la arquitectura y la civilización, las flores y los canales, los testimonios de un país progresista y con una sociedad extremadamente tolerante.

Finalmente los animo a sumergirse en el gozo sensual del ojo del fotógrafo que logra captar la esencia de la cultura de un país.

Dr. Juan Manuel Márquez Murad


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Caleidocity

Arquitectura Geométrica.

La arquitectura es música congelada. Es la manifestación física de la armonía sonora y en esta exposición Manuel Cirat vuelve a sorprendernos con esta sinfonía sin fin de las formas. En la infancia quien no quedo maravillado con las formas únicas e irrepetibles del calidoscopio, que como instrumento fabricado por un gran hechicero nos daba una prueba irrepetible de formas geométricas de una belleza inenarrable.

Calidocity es una grata revelación de cómo, a base de repetir las formas arquitectónicas, éstas pueden descontextualizarse y transformarse en piezas únicas de la armonía geométrica. Líneas, formas y texturas se combinan para llevar al observador a un mundo nuevo a un punto de vista raramente apreciado por el común de los hombres.

Cada fotografía es un instante fugaz, pero al estar atrapado en el papel fotográfico nos permite regresar a él una y otra vez para observarlo y es en este momento cuando se crea la magia, en cada regreso la imagen es diferente y nosotros también como si ambos nos fundiéramos en ese cambio sin fin del calidoscopio.

Dr. Juan Manuel Márquez Murad


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Cactaxiales

Nuevamente tengo la oportunidad de hablar de la obra de Manuel Cirat y en esta ocasión debo hacerlo desde dos miradas distintas pero complementarias: lo macro y lo micro, lo real y lo inducido de la naturaleza vista por la lente de este fotógrafo mexicano.

La naturaleza desbordante e incontenible, lo real maravilloso que se describe con maestría en la literatura latinoamericana de Carpentier y otros maestros entrañables de nuestras letras, se vuelve imagen en estas exposiciones.

Por una parte la acción de Cirat de exacerbar la geometría ya implícita en las cactáceas, detén la imaginación y nos invita a penetrar en la cueva primigenia donde se origina la vida. Este umbral a la dualidad de vida y muerte aparece en todas las fotografías cactaxiales donde vemos formas que, por desconocidas nos parecen increíbles.

Nuevamente el maestro Cirat nos sorprende agrupando las plantas, los frutos y las flores en una banda demencial que no tiene principio ni fin y que una vez estando en el interior de la imagen, se desata un viaje vertiginoso a través de colores y sensaciones que irremediablemente nos conducen al tema favorito del autor: el erotismo manejado de una manera sutil y apenas insinuado pues, aunque en esta parte de la doble exposición, lo que predominase la forma geométrica, la voluptuosidad y la sensualidad se mantienen en sus formas sugerentes.

Dr. Juan Manuel Márquez Murad


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